La confianza se gana con hechos, no con palabras

Estamos todo el día a vueltas con teletrabajo sí, teletrabajo no, mixto, al horno o a la plancha, es broma, pero empiezan a surgir variaciones en tiempo, forma…

Hablo con clientes que están a favor, otros no tanto, algunos en contra desde el minuto cero. Esto es como lo de los gustos y los colores. Pero lo importante de toda la discusión es el fondo, es el argumento que usamos para defender nuestra postura.

A raíz de encerrarnos con el tema del covid, el teletrabajo ha pasado a formar parte de las vidas de muchos de nosotros. Muchos agradecieron su aparición, sobre todo empleados, y otros no tanto, fundamentalmente empleadores, aunque de todo hay en la viña del Señor.

El problema que se planteó de inicio fue salvar nuestras vidas y las de nuestros amigos, compañeros y familiares, pero en la mente de muchos flotaba la idea de confianza que tan unida va a eso de quedarse en casa “trabajando”. No fue algo voluntario, pero abrió una inmensa puerta a otro estilo de trabajo hasta entonces no suficientemente valorado.

Por mucho que nos empeñemos, en esto no hay dos bandos, pero sí dos puntos de vista, y me explico: el empleador y el empleado juegan en el mismo equipo, con lo que deben estar en el mismo bando, buscando las mismas metas y peleando día a día por lograr objetivos marcados que les permitan llegar a final de mes y recibir el premio pactado por transferencia bancaria. Pero otra cosa es cómo se enfoca el tema. Desde el punto de vista del empleador, es básico confiar en su equipo, en no perder eficiencia ni eficacia sin tener una supervisión diaria, en cambiar la idea de control a la idea de objetivos. Desde el del empleado, el miedo a que su trabajo pierda valor por no poder evaluar el tiempo que pasa realizando su labor al no estar físicamente presente en la oficina, y por otro lado el control de tiempos, respeto de horarios y labores, responsabilidad… ¿Cómo me van a valorar?¿Podré tomarme un café en mi sofá?

La experiencia ha demostrado que el teletrabajo, trae consigo una serie de beneficios siempre y cuando se base en la confianza, por ejemplo : aumento de productividad, mejora del bienestar y fidelización de talento entre otros muchos. Todo ello basado en la confianza, sin esa confianza, la baraja se rompe y no hay partida.

Y, ¿Cómo demostramos esa confianza? Supongo que hay muchas maneras de hacer sentir confianza y usarla en un entorno laboral, me voy a ir un poco del campo exclusivamente laboral y os diría que la confianza se demuestra cuando alguien pone en nuestras manos algo que realmente le es importante esperando un buen final. No tiene por qué ser la vida, pero puede ser unos resultados, unas ventas, un análisis… mil cosas que hacen que la rueda gire.

La confianza. Eso que falta en el 90% de los empleadores que rechazan de plano el teletrabajo. Tendrán mil excusas, buscarán disfrazar el miedo, mirarán en los rincones cómo justificar esa negativa, pero si son sinceros, y por supuesto, si el puesto de trabajo lo permite, el no conceder teletrabajo a los empleados siempre acaba basándose en la falta de confianza en el propio equipo. Y si le dais dos vueltas, la solución no es tenerlos cerca y vigilados, la solución es darse cuenta de que no existe equipo sino grupo, y una vez entendido, remangarnos y trabajar para que la realidad sea el equipo.

Lo importante es generar una buena relación con el equipo, conocer a la gente, confiar y dar espacio. Igual nos encontramos con alguna sorpresa y alguno que en la oficina daba guerra, al verse dotado de confianza, se viene arriba y nos sorprende. Confiemos en nuestros equipos, seamos líderes, actuemos como tal.

Podemos descubrir que la confianza sea una arma que nos ayude a crecer y a conocer, y bien usada sea la catapulta que llevamos buscando años, porque aquél que no confía lo suficiente, no será digno de confianza.

La confianza se gana con hechos, no con palabras
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