Tolerancia a la Presión (2)

¿Comprendes qué está ocurriendo y qué ocurrirá?

Días atrás tomaba un café con una de esas personas con las que, tras muchos años compartiendo proyectos y avatares de la vida, creas lazos de confianza que le dan un sentido especial a ese quehacer profesional. 

No recuerdo exactamente qué hizo que habláramos de ello, pero surgió el tema de la tolerancia a la presión. Temas así son de los que consiguen que las conversaciones de café, y otras, adquieran un nivel de profundidad inesperado abordando ámbitos profesionales y personales.

No disponíamos de mucho tiempo, pero el titular hizo su efecto y nos sumergimos en reflexiones y vivencias relacionadas con ese tolerar y manejar las situaciones que se van dando día a día. Él dijo la frase. Escribo “la frase” porque supo explicar con ella mucho de lo que significa la tolerancia a la presión.

 – Creo que lo necesita cualquier profesional para conseguir llegar a sus metas, especialmente, a medio y largo plazo.

(Si estás leyendo estas líneas y recuerdas el café que compartimos ese día, perdóname si no he escrito bien la frase que me regalaste.)

La opinión que puso encima de la mesa que ser capaz de tolerar la presión es un cimiento esencial de las competencias que requerimos para resolver las exigencias del entorno en el que actuamos, tanto profesional como personal. Se trata de un pilar que cuando falla condiciona que se desestructuren nuestros comportamientos y que también lo haga nuestra capacidad de interpretar la realidad, pudiendo provocar estados de ansiedad que se anclen en nosotros actuando como pescadillas que se muerden la cola, realimentándose a sí mismos. Algo que bien saben los psicólogos.

¿Qué hay detrás de la competencia tolerancia a la presión?

Mucha confusión, eso es lo que hay.

Es probable que más de uno muestre su desacuerdo con lo que planteo, pero después de muchos años abordando directa e indirectamente esta competencia, he llegado a la conclusión de que si hay algo que hacer en esta materia, lo esencial es resolver esta confusión. Pongo las siguientes frases como evidencias de lo que digo:

  • La Tolerancia a la Presión (TP) podría definirse como la capacidad que consideramos tener y que demostramos de poner en juego y de mantener comportamientos adecuados en situaciones de elevada exigencia.
  • La ansiedad puede ser consecuencia y causa de una percepción de baja TP.
  • Las interpretaciones que hacemos de nuestra TP no suelen coincidir con la realidad de lo que podemos llegar a tolerar.
  • La TP no es algo permanente. Muchos factores provocan oscilaciones en el nivel que demostramos.
  • La TP se instala en una línea temporal, en la que tanto puede influir el ayer como el hoy o como el mañana.
  • Nuestra percepción de TP puede estar muy condicionada por las interpretaciones que proceden de otras personas.
  • Algunos factores que están relacionados con la TP son las habilidades, el conocimiento, la responsabilidad, la implicación, los recursos de los que se dispone, la tipología de exigencia del entorno, las opiniones de otros, las experiencias previas, el estado emocional y los sentimientos derivados de las emociones, las respuestas orgánicas… 
  • Estos factores influyen más por lo que interpretamos de ellos que por lo que realmente son.
  • En parte, la TP puede entenderse como la vivencia de la experiencia de hacer, de actuar y de cómo hacer y actuar. Nuestras respuestas, su calidad percibida y el efecto que vemos, son causa y consecuencia de TP

Un complicado puzle que nos pide a gritos elaborar una forma sencilla de entender lo que supone la tolerancia a la presión.

Hacer sencillo lo complejo es el primer ingrediente que necesitamos para abordar este complejo mundo de la Tolerancia a la Presión.

Espero ser capaz de proponeros ideas que lo vayan consiguiendo. 

Tolerancia a la Presión (2) ¿Comprendes?
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