Hablemos de Comunicación - 7ª clave

Conseguir conectar con quien me escucha

Si no consigues que aquellos a los que hablas te acepten como comunicador y se interesen por lo que compartes y cómo lo expones, ¿para qué comunicas?, ¿para tener la falsa sensación de haber hecho lo que debías? ¡Qué pérdida de oportunidad y de tiempo!

En mi libro «La Comunicación mueve consecuencias. ¡Atrápala!» hablo de contenido y forma, del qué y del cómo. Ambos aspectos los integro en el modelo «la pirámide de la comunicación» y hago referencia a lo impactante que es ver cómo el continente condiciona la percepción del contenido en muchos aspectos cotidianos y profesionales de nuestra vida.

Por algo será que las empresas destinan un importante porcentaje de su presupuesto a la presentación de sus productos y servicios, a hacerlos atractivos para el consumidor. ¿Por qué envolvemos con tanto esmero y cariño los regalos que hacemos a las personas que nos importan? ¿Por qué intentamos mostrar un aspecto adecuado en un evento concreto?

Estas y otras muchas preguntas pueden llevarnos a reflexionar sobre cómo y porqué un auditorio acepta a un comunicador. No sólo importa el contenido de lo que transmite, importantísimo en sí mismo, también tiene un peso muy especial la forma en la que comparte ese contenido y la forma en la que interactúa con las personas a las que se dirige.

La voz, la forma en la que la manejas, tu lenguaje corporal, tus gestos, los movimientos que realizas mientras hablas a tu público…, todo ello tiene gran importancia. Solo los que no saben de comunicación consideran que la forma de hablar, la gesticulación, los movimientos, son detalles sin apenas importancia. 

Te sorprendería saber el número de ocasiones en las que me he enfrentado a objeciones sobre esta realidad del qué y el cómo, a participantes que niegan el valor del cómo, y la sorpresa que se llevan cuando experimentan el poder de esos elementos que provocan una conexión inesperada por parte de quienes nos escuchan.

Hay un antes y un después.

En el momento en que somos conscientes de el efecto de estos factores y aprendemos a utilizarlos, aunque sea aún como aprendices de primer nivel, se nos abren puertas que nos llevan a ser conscientes del poder que nos da una buena comunicación.

No se trata de que te apuntes a un curso de arte dramático, ¡no es lo que te estoy planteando! Se trata de ser consciente de las herramientas que ya tienes en tu mochila y a aprender a utilizarlas.

Hablemos de Comunicación – 7ª clave
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