Hablemos de comunicación – 2ª Clave
¿Quién dice si comunico bien o no?
Hay una manera interesante de saber si comunicamos bien o no. Lo explico en el libro La comunicación mueve consecuencias. ¡Atrápala! en el que hablo de los jueces de la comunicación.
Representan los efectos que provocamos en los demás y los que éstos provocan en nosotros. Es curioso cómo con solo ser consciente de que esos personajes están ahí, nuestra forma de comunicar va a experimentar un cambio a mejor.
¿Qué tiene que ocurrir para que consigamos lo que queremos cuando hablamos? O, dicho de otra forma, ¿cuáles son los errores que con más frecuencia condicionan un fracaso en nuestra comunicación?
- No conseguir que nuestro auditorio esté pendiente de lo que decimos y de lo que hacemos.
- Utilizar términos, imágenes, gráficos…, que no entiendan.
- Crear argumentaciones complejas o imposibles de seguir y de comprender.
- Que quienes nos escuchan no perciban que el contenido que compartimos tenga que ver con algo que les interese o preocupe.
- Perder la oportunidad de condicionar alguna reacción en ellos.
Cuando comparto estos «jueces de la comunicación» en sesiones de entrenamiento individuales o grupales, siempre se provoca una reacción de sorpresa al comprobar que realidades tan sencillas como las que nos proponen estos jueces, se nos pasan por alto habitualmente y son causa de gran parte de los fracasos en comunicación.
Aunque tu objetivo no sea convertirte en un gran orador, piensa en que a lo largo del día hablas con muchas personas y en buen número de estas situaciones, necesitas que esas personas reaccionen de alguna manera: dándote información, apoyándote en alguna idea, actuando de tal o cual forma, eliminando algún conflicto, aprendiendo a hacer algo, implicándose en algún proyecto o, sencillamente, acompañándote a ver esa película que tanto te apetece.
Si esas personas de las que necesitas alguna reacción no te escuchan, no te entienden, no comprenden lo que les explicas, no ven nada interesante en ello, no reaccionarán según precisas.
Mejorar en comunicación es mucho más fácil de lo que muchos piensan. Basta con vestirnos con la actitud de querer y necesitar aprender, y ser consciente de realidades como las de estos simpáticos y exigentes personajes.
¡Anímate!