Gestionar la Confianza (1)

¿Entiendo lo que es?

Abrimos una nueva competencia:

La capacidad que tenemos y demostramos de gestionar adecuadamente la confianza con las personas con las que, por motivos profesionales o personales, interactuamos.

La palabra «confianza» es una palabra de «café». No es difícil que se cuele en nuestras conversaciones diarias haciendo referencia a alguna situación vivida, a alguna noticia de prensa, a un sentimiento personal, a una relación concreta… Es lógico que así sea. Se trata de «algo» que condiciona la forma que tenemos de relacionarnos, las decisiones que tomamos, la percepción que tenemos de otras personas, las expectativas que anticipamos e, incluso, la medida en que nos sentimos capaces de abordar tal o cual situación.

Cuando hablamos de «confianza» solemos hacerlo «en titulares». Prueba a preguntar a alguien qué entiende por confianza. Pregúntatelo a ti mismo. Analiza las respuestas. Verás que suelen centrarse más en las consecuencias que en el concepto de confianza. También es lógico que así sea. Si este término se cuela con tanta frecuencia en nuestras conversaciones cotidianas no es por casualidad. Lo hace porque, como apunto en el párrafo anterior, afecta a nuestras relaciones, expectativas, decisiones… Todo ello son consecuencias del nivel de confianza que existe en un momento dado. Esta es una de las razones por las que si preguntas a alguien por lo que entiende por ello, las respuestas suelen apuntar a consecuencias: «…es lo que hace que me sienta bien o mal…», «…es lo que necesitamos tener para poder trabajar bien en equipo…», «…es lo que nos ayuda a que el mercado esté abierto a escucharnos…»

Por ello, la confianza no es fácil de atrapar. Si la conocemos por sus consecuencias y desconocemos cuál es su esencia ni las palancas que condicionan su identidad, difícilmente podremos condicionar consciente y profesionalmente niveles sólidos y solventes de confianza. Los que existan ya serán el resultado, entre otros factores, de la forma en la que nos mostramos a los demás inconscientemente. Soy lo que soy y, sin embargo, no sé lo que significa lo que soy. 

Si nos interesa o preocupa o consideramos que debiéramos aumentar nuestra capacidad de gestión de esta competencia, debiéramos hacer el esfuerzo de entenderla. Es lo que te propongo con esta serie de contenidos.

Empecemos seleccionando algunos comentarios que nos ayuden en nuestras primeras reflexiones:

  • Es la esperanza de que algo suceda o funcione de una forma determinada.
  • Es una percepción resultado de la interpretación que hacemos, consciente e inconsciente, del entorno y de su historia.
  • Nos alerta sobre lo que nos jugamos
  • Condiciona nuestra predisposición a actuar y la forma en la que lo hacemos.
  • En buena medida, es responsable de nuestra eficiencia/rendimiento y de nuestra eficacia/logro.

Te invito a que juntemos el primer y tercer comentario.

La confianza es el nivel de certeza que tenemos de que algo que nos importa, ocurra. Confío cuando tengo la seguridad de que aquello que es importante para mí, ocurrirá. Desconfío cuando tengo dudas de que llegue a ocurrir o cuando tengo la certeza de que no ocurrirá.

Ese «nos jugamos» del tercer comentario nos indica que la confianza, en su nivel más amplio, se asocia a algo que nos afecta a nosotros. Yo puedo confiar en que tú consigas algo importante para ti, pero la gestión de la confianza, como competencia que es, va más allá: confío en ti porque sé que conseguirás algo importante para ti y también para mí.

Digamos algo del segundo comentario.

Si la confianza es una percepción que deriva de una interpretación, debemos ser conscientes de que es «una verdad interpretada por nosotros» y, por lo tanto, puede no ajustarse a la realidad. 

Esto tiene mucho que ver con varios de los contenidos que voy a compartir contigo a lo largo de este itinerario. Te adelanto que nuestra interpretación está condicionada tanto por nuestra `emoción´ (¿cómo vivo una situación?), como por nuestra `razón´ (¿cuáles son los motivos que me llevan a interpretarlo así?).

Nos quedan el cuarto y quinto comentario.

En la medida que percibo que algo importante para mí está en juego, mi implicación en esa situación será elevada. Esa implicación me llevará a intentar actuar de una forma u otra según perciba que eso que me importa va a suceder o, por el contrario, temo que no sea así. Si confío en ti, dejaré que actúes y estaré predispuesto a ayudarte en lo que sea preciso, si no confío en ti, evitaré que actúes y, en caso de que no pueda hacer esto, intentaré controlar lo que hagas para poder intervenir si es preciso.

Si mi interpretación es correcta, mi forma de actuar se ajustará a lo adecuado y, por lo tanto, la consecuencia de lo que haga será buena. Si mi interpretación no es correcta, condicionaré comportamientos inadecuados que pueden llevarme a perder eficiencia y, por lo tanto, eficacia.

 

¿Te animas a viajar conmigo a través de esta, tan necesaria, competencia?

Gestionar la Confianza (1) ¿Entiendo lo que es?
Etiquetado en:            

Deja una respuesta