¿Por qué nos desbordan las emociones?
Muchas veces llegan a la consulta privada personas que no saben gestionarse a nivel emocional. Personas a las que, una situación estresante, por ejemplo, les desborda por completo.
Estas personas, cuando llegan a la consulta, una de las primeras cosas que preguntan es “¿por qué me pasa esto?”
A nivel social, existe una educación emocional muy pobre, con mucha falta de información y con la tendencia a normalizar cosas que no son normales, ni reales.
Quizás, en los últimos tiempos, la cosa ha ido mejorando y damos más visibilidad a esta parte tan primordial en la vida de un ser humano. Pero lo cierto es que aún queda un larguísimo viaje para poder decir que recibimos una buena y suficiente educación emocional.
Te pongo ejemplos que, muy probablemente, te resuenen por dentro, ya sea porque los has vivido, los has escuchado o incluso lo hayas verbalizado.
Cuando vemos a un niño llorar: “No llores, si tú ya eres mayor”
Cuando vemos a una niña enfadada: “Cambia la cara que estás más guapa”
Si tiene miedo: “¿Qué es eso de tener miedo?, ¡si tú eres muy valiente!”
Si está nervioso/a por algo: “No seas histérico/a, no es para tanto”
Si está esforzándose mucho y tiene miedo o inseguridad por no llegar al resultado que busca o quiere: “No te estreses, si tú siempre puedes con todo”
Y podría poner más ejemplos que seguramente te suenen.¿Cuál es el factor común a todos estos ejemplos? La invalidación emocional.
- A quién lloraba le hemos dicho que eso es de pequeños, por lo tanto mejor no hacerlo.
- A quién se enfadaba le dijimos que le hacía estar fea y no era correcto.
- A quién sentía miedo le decíamos que es de cobardes.
- Al nervioso le hacíamos ver que no era para tanto, que no debía sentirse así.
- Y a quién temía no llegar al resultado correcto a pesar del esfuerzo, le metíamos la presión de que él/ella siempre puede con todo, en su identidad no está el fallar.
Es decir, hemos transmitido que el miedo, el enfado, la tristeza, la ansiedad o la preocupación no son adecuados. Que todo eso es de personas histéricas, cobardes, pequeñas o que no pueden con las cosas a las que se enfrenta.
Entonces… ¿cómo vamos a pretender permitirnos sentir según qué emociones si desde pequeños/as nos dicen que no son adecuadas? ¿cómo vamos a sentirnos cómodos/as en ellas si no nos dan estrategias para gestionarnos? ¿cómo no van a desbordarnos si las vemos como amenazas ante las que no tenemos margen de acción?
El primer paso para que una emoción no nos desborde es conocerla, entender su proceso, su origen y el por qué de su existencia.
Siempre insisto en que el conocimiento es poder. Cuánto más sé sobre mí y sobre mis procesos y las cosas que vivo en mi mundo interno, más herramientas tendré para gestionarlas cuando aparezcan.