Bien ama quien nunca olvida
Empieza la Semana Santa. Momento de recogimiento para los católicos, fiesta laboral para muchos, un puente largo para otros, en cualquier caso, algo especial, algo diferente, algo que rompe la rutina diaria y a muchos sirve de momento “Chill” como dicen mis hijas, recargar pilas, relajarse y esperar al verano.
Puede ser que no sea el foro ideal para esto que escribo hoy y me da igual, es mi muro como dicen algunos y hago y escribo lo que quiero en él, pero muchas veces no nos damos cuenta de que ese párrafo anterior no es verdad para todos. Hay muchos que no tienen vacaciones, que su labor es esencial en estos días, médicos, camareros, policías… muchos y con actividades muy diferentes, cuidar, servir, limpiar… y hay otros que no lo eligen, no por falta de ganas.
No es mi caso, gracias a Dios, pero sí el de alguien muy cercano a mí. Alguien que no se merece estar sufriendo desde hace mucho tiempo todos los días dolor, alguien que me ha dedicado su vida hasta hoy y espero que algunos años más si de verdad está en condiciones de hacerlo.
Como mi “alguien” hay miles de “álguienes” que están en la misma situación. Álguienes que nos empujan a darnos más allá de lo que pensábamos que éramos capaces. Álguienes a los que entreguemos lo que entreguemos, seguimos debiendo mucho.
Mi “alguien” hoy está mal, hoy le duele, como ayer, como casi todos los días desde hace tiempo. Y en cada quejido me enseña que hay que tener (disculpen la palabra, porque la voy a escribir varias veces) muchos cojones para seguir agarrada a la vida, con ganas de descansar, pero con miedo a hacerlo, porque quiere estar, y no sólo estar, quiere estar bien. Desfallecer no es una opción, hay que superarlo y seguir.
La lección que estoy recibiendo de mi madre es la mejor herencia que un hijo puede recibir. Y espero, tener los mismos cojones que ella para transmitirla entera a mis hijas y aplicarla a mi vida en cada minuto, aunque dudo de mi fuerza que sin duda no es la de ella. Hay que tener cojones para enfrentarte a todo lo que se te ponga por delante, lo bueno y lo malo, y hay que luchar, porque si no luchas, al final no eres nada.
Y hoy, mientras estoy viéndola dormir tranquila por unos minutos, pienso en todo ello y en lo cobardes que somos muchas veces ante tonterías que no nos ponen realmente a prueba, ante retos fáciles, ante problemas menores que sólo nos exigen una decisión y en una semana hemos olvidado. Mi madre me está enseñando a tener cojones en todos los aspectos de mi vida, y se lo agradezco cada minuto, porque no se cuándo va a decidir descansar y dejar de trabajar dándonos lecciones y la echaré de menos, mucho, pero merece descansar se lo ha ganado con creces.
Igual no es el foro adecuado, igual ni siquiera el momento adecuado. Me da igual. Hoy quería contarlo, compartir, valorar… hoy, permitidme equivocarme.