Al amaño, con engaño

Caso real, Kit Digital a empresa pequeña. Todo muy bien ofertado, un ordenador portátil, Office 365 y todo ello a un precio cerrado inmenso, mucho más caro que si te lo compras en un comercio normal. A pesar de eso, está todo incluido en la ayuda, por fin, una ayuda, ya era hora.

Caso real, el Office cuesta justo el doble que en un comercio, el ordenador, precio de lista del fabricante…y además hay que pagar el IVA por delante, no pensemos que las ayudas van a incluir los impuestos de los que viven los que dan las ayudas. Pero bien, por fin, una ayuda, ya era hora.

Caso real, la empresa “digitalizadora” pone sus condiciones. Si falla la entrega 50, si estás lejos 135, si nos falta un papel 300 (ninguno de los precios es falso), si rechazan la ayuda 300, si no se cumple algún requisito 300, si , si, si….300, 300, 300…

Contando con que los precios están inflados, que el IVA se paga por adelantado y que hay que sumarlo a la cuenta de resultados, señores, hagan números, supuestamente dan 200 euros y a cambio piden hasta la talla de calzoncillos y darles permiso hasta para vender a nuestras familias si falta algo. Eso no es ayudar, o al menos no es lo que parece.

Puede ser que yo sea muy exigente pero como se ha dicho siempre, nadie da duros a peseta.

Se trata de vender que todos tiramos del carro cuando hay unos que tiran mientras los otros se suben para gestionar el “avance”. Y nos quieren hacer creer que somos equipo, que remamos en la misma dirección.

Puede que la dirección sea la misma, pero el esfuerzo no. El riesgo lo asumen unos mucho más que otros. Y eso no es un equipo.

Lamentablemente, en el marco del que hablo, es más habitual trabajar formando parte de un grupo, incluso de un grupete, de gente de la que no puedes esperar nada ni te van a pedir nada, donde sabes que luchas por tus lentejas sin más. Con un jefe que justifica sus actos “porque yo lo valgo”, el famoso artículo 33, o “porque yo lo digo”, pero de apoyo… nada.

El agente digitalizador saca sus lentejas, y el receptor de la ayuda acepta lo que le den porque es «gratis». Ni rastro de equipo, ni rastro de interés, ni rastro de nada más que transacción cerrada y a por el siguiente. En 12 meses (plazo de «permanencia»), se vuelve al proveedor habitual.

Al final, ni las ayudas son como las pintan, ni muchos de los equipos deberían ser considerados como tales porque no cumplen ninguno de los requisitos que hacen que un equipo sea realmente un equipo.

Al final, y es una opinión, hay más digitalizadores beneficiados por la ayuda que solicitantes totalmente satisfechos con ella. Al menos es la sensación queme ha quedado tras hablar con varios solicitantes a los que se les concedió el famoso kit.

No nos dejemos engañar con brilli brillis y fuegos artificiales cuando la realidad es que, al menos, entre “los pequeños”, las cosas ni brillan ni se les espera brillar si rascas un poco.

Conviene hacer el esfuerzo de leer entre líneas y pensar si lo que está pensado para ayudar a unos, beneficia más a otros.

Al amaño con engaño
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