Gestionar la Confianza (8)

La Pertenencia

  • No estamos en el mismo barco.
  • ¿Por qué dices eso?

Abrimos, con estas dos frases, un nuevo ámbito de la confianza: el Entorno. Todo aquello que ocurre al margen de la interacción que tenemos con la otra persona. Lo que su entorno (profesional, familiar, social, personal) le ha dicho o le dice y que, en mayor o menor medida, le condiciona a confiar más o menos en nosotros.

Dentro de este segundo ámbito encontraremos nuevas palancas. Una de ellas, la que viene introducida por las dos frases con las que iniciamos este contenido, hace referencia a la Pertenencia. Esa percepción que tenemos de que formamos parte del mismo grupo, que que estamos en el mismo barco.

La pertenencia se construye a partir de «lazos emocionales«, es decir, de aspectos o circunstancias de la otra persona que coinciden con aspectos o circunstancias nuestras y que, por ello, la sentimos «más cercana» o, por el contrario, «ajena a lo nuestro» y, por ello, podemos llegar a percibirla como una amenaza.

Estos «lazos emocionales» aparecen cuando se dan las siguientes circunstancias:

  • Somos conscientes de que la otra persona tiene un aspecto o una circunstancia que coincide con alguna nuestra.
  • Este aspecto o esta circunstancia tiene un titular que pertenece a alguna de la infinidad de posibilidades que existen:
    • Estudiamos en el mismo colegio
    • Trabajamos en la misma empresa
    • Tenemos el mismo puesto de trabajo
    • Somos de la misma quinta
    • Tenemos el mismo número de hijos
    • Tenemos ideas políticas similares
    • Pertenecemos al mismo club de fútbol
    • Compartimos alguna afición…
  • A esta circunstancia que pensamos que compartimos con la otra persona, le asociamos algo importante para nosotros:
    • Tiene la misma educación que yo
    • Lleva la misma camiseta de empresa
    • Ha vivido experiencias profesionales similares y por ello seguro que es de tal o cual forma
    • Comparte conmigo las características de una misma generación
    • Sabe lo que es tener hijos y educarlos
    • Piensa igual que yo en lo que ocurre en la sociedad
    • Disfruta como yo de nuestro equipo
    • Se parece a mí por la afición que compartimos…

Esto que parece tener poca importancia, tiene un poder inmenso para predisponer a la otra persona a que confíe en nosotros o, todo lo contrario, que nos cierre la puerta por considerar que somos un «extraño«.

¿Podemos condicionar que otras personas consideren que estamos en el mismo barco? ¡Claro que sí! Debemos ser conscientes, primero, que, sin hacer nada por nuestra parte, el entorno le ha sugerido algo al respecto que conviene ser capaces de averiguar y, segundo, en la medida que dispongamos de conocimiento de la otra persona, seguro que encontraremos oportunidades para poner de manifiesto algún que otro lazo emocional.

En las sesiones de trabajo explico cómo con la pertenencia podemos, incluso, condicionar la percepción que el otro tiene de nuestra credibilidad, fiabilidad, concordancia de criterio y equidad. ¿Recuerdas a qué me estoy refiriendo?

Gestionar la Confianza (8) La pertenencia
Etiquetado en:            

Deja una respuesta