Tolerancia a la Presión (4)

El efecto de las expectativas

¿En qué medida condiciona mi forma de actuar lo que creo que puede llegar a ocurrir?

Esta pregunta puede parecer simplista, pero te aseguro que me he encontrado tantas veces con profesionales que, aún teniendo capacidades para resolver una situación, se bloquean ante ella, que merece la pena “darle una pensada” al porqué ocurre esto y en qué medida tiene que ver con la tolerancia a la presión.

Estoy hablando, en parte, de lo que en psicología se denomina “pensamientos anticipatorios”.

Tomemos como ejemplo una situación bastante conocida por todos: aquellos que sienten `terror escénico´, los que se bloquean ante una situación de comunicación en público.

Su bloqueo nace no de no tener herramientas comunicativas (puedo asegurarte que todos disponemos de las suficientes herramientas como para enfrentarnos a una situación de comunicación en público), sino de anticipar lo malo que va a ocurrir.

Viven con tal `realismo´ eso que `va a ocurrir´ que se ven incapacitados para dar el primer paso.

 – Me quedaré en blanco, me temblará la voz, les aburrirá lo que tengo que decirles, no conseguiré que me atiendan, haré el ridículo, auién soy yo para hablar de esto, ellos saben mucho más que yo…

Una infinidad de pensamientos que le hablan de lo mal que lo va a pasar y de la mala reacción que se va a producir. Pensamientos que le anticipan el fracaso y que, como una pescadilla que se muerde la cola, se repiten una y otra vez sin dejar espacio a otro tipo de pensamientos, probablemente, más constructivos.

Estos pensamientos anticipatorios son los que condicionan una baja tolerancia a la presión y, en realidad, la mayor parte de las personas a las que les ocurre, disponen de lo necesario para resolver con éxito esa misma situación.

No estoy siendo teórico, puedo asegurártelo, lo he vivido en muchas situaciones en las que he demostrado a muchas de estas personas que realmente pueden.

Los pensamientos anticipatorios pueden ser coherentes, no cabe duda, especialmente si surgen de una adecuada interpretación de la situación a la que nos enfrentamos. Pero, en el momento en que lo que anticipamos se desajusta de la realidad, nuestra percepción de lo que podemos o no podemos hacer, se trastoca y provoca el riesgo de que nuestra tolerancia a la presión caiga en picado.

 

Negarle a alguien aquello que cree firmemente que va a ocurrir no sirve de nada e, incluso, puede provocar un refuerzo de su percepción. 

En tolerancia a la presión, debemos ir más allá de los pensamientos anticipatorios. Se puede hacer y merece la pena 

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