Descripción
Todo empezó hace 3 años, cuando un cliente nos dijo “¡Necesito una solución ya! No puedo esperar a que Sistemas adapte los desarrollos. Y, ¡no tengo suficiente presupuesto!”. En ese momento tuvimos la sensación de que nuestro cerebro se bloqueaba, el proyecto en el que estábamos inmersos corría el riesgo de pararse, nuestro cliente se encontraba en una situación incómoda y nos enfrentábamos a un “hueso duro de roer”.
Un Hueso Duro de Roer
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