Y ¿si falla el suministro eléctrico?

En la mayoría de las redes en la que trabajamos a diario, a pesar de nuestras recomendaciones, sólo se tiende a proteger los equipos caros ante posibles cortes de suministro eléctrico.

Se protege el servidor, un equipo del grupo de diseño que salió por un ojo de la cara y el ordenador del jefe para que no se queje de interrupciones. El resto de los equipos que conforman la red se quedan fuera de del Sistema de Alimentación Ininterrumpida (SAI, o UPS en inglés, Uninterruptible Power Supply).

La excusa favorita para no ampliar el parque de SAIs es que los cortes duran muy poco, “apenas cinco minutos y la luz vuelve”, no es mucho.

Pero si a esos cinco minutos sumas el tiempo de reinicio de los equipos, ya son diez, y demos gracias que no hayamos perdido el trabajo en el que estábamos empeñados, porque entonces, dependiendo de nuestro sistema de guardado automático, podemos haber perdido más de una hora, lo que significa media mañana a fin de cuentas, pero el corte “apenas ha durado cinco minutos”.

Y no tenemos en cuenta lo que esos cortes pueden generar en las fuentes de alimentación de los equipos, malfuncionamientos, recalentamientos y al final la defunción de las mismas, así como problemas de placa, microprocesador, memoria, disco…. Un parón o una sobretensión puede dejar inservible un pc.

Ya no sumamos el tiempo que nos ha quitado un corte que “dura apenas cinco minutos”, y se nos pasa un poco el miedo porque tenemos una solución de copia de seguridad que nos asegura la recuperación de los datos de ese pc en un tiempo récord ¿verdad? Eso si el pc funciona correctamente al reiniciar.

Otra lacra interesante en este tipo de asuntos es la protección del sistema de comunicaciones (router, switchs, etc) si falla la alimentación, no funciona. Esto llama mucho la atención a los que trabajan con ordenadores portátiles. Las baterías les protegen del apagón y no pueden entender que haya cosas que “se apaguen” y no poder seguir accediendo al servidor, que está protegido por un SAI.

La conclusión es muy sencilla, piensa en qué quieres que siga funcionando si no hay electricidad y añádele un SAI, los hay grandes, pequeños y medianos, para un pc, para más de uno, para la electrónica de red, para un grupo de ordenadores, para lo que te haga falta, te puedes ajustar en precio y prestaciones a mil opciones, pero valora el tiempo que se pierde ante estas eventualidades y el SAI te saldrá gratis, no hay nada más barato, gratis, del todo.

Un estudio de la topografía de tu red puede ayudar a determinar qué Sistema de Alimentación Ininterrumpida te va a resultar más eficaz. No es malo pasarse en prestaciones y sobrevalorar el SAI, pero económicamente no estará bien calibrado. 

Aunque nunca llegará a “lo comido por lo servido” es mejor valorar necesidades, estudiar prestaciones y ajustar ambas para conseguir la eficacia deseada sin hacer un esfuerzo económico que no sea adecuado a nuestro sistema.

Y ¿si falla el suministro eléctrico?